martes, 10 de noviembre de 2009

Repudian priístas al ex presidente Enrique Jiménez



Acaponeta, Nayarit/Noviembre 09. (Juan Fregoso).-

En el evento político celebrado este domingo por Gerardo Montenegro Ibarra, destacó y llamó poderosamente la atención la presencia del profesor Enrique Jiménez López, quien fungiera como presidente municipal en el período 1999-2002, durante el cual llevó a cabo un gobierno hartamente revanchista, aún cuando en su campaña prometió hacer de su administración algo distinto, esto es, un gobierno sensible a los problemas del pueblo; sin embargo, ya encaramado en la cumbre del poder se supeditó a las órdenes de su “padre putativo” el cacique Liberato Montenegro Villa, por lo tanto, todo lo que hacía era por indicaciones del viejo verraco y se olvidó por completo de gobernar sin distingos de colores, centró su atención en un sector determinado, identificado fundamentalmente con la cohorte liberatista, mientras que al resto del pueblo lo marginó por considerarlo “enemigo” de su gobierno.
Don Enrique tuvo la oportunidad de hacer un buen papel como presidente municipal, pero lamentablemente siguió las consignas del viejo cacique, seguramente porque éste fue un factor decisivo para que accediera al poder, en consecuencia, no podía darle la contra a su “hacedor”, porque hacerlo hubiese significado en ese tiempo cavar su tumba política o perder el control que tenía sobre el grupo liberatista que había convertido al municipio de Acaponeta en su feudo de poder, lo que evidentemente no le convenía, ya que esto significaba enfrentarse de lleno a quien lo hizo presidente. Enrique no pudo, pues, romper con el cordón umbilical que lo mantuvo atado hasta el final de su trienio con el nefasto liderzuelo magisterial Liberato Montenegro Villa, prefirió entonces servir a los intereses de este señor que tanto daño le ha ocasionado al pueblo de Nayarit, impidiendo la institución de un verdadero régimen democrático y naturalmente el desarrollo cabal de los pueblos, particularmente —en este caso— del municipio de Acaponeta.
Así pues, la presencia del ex alcalde no fue bien vista en el acto que encabezó el corrupto de Gerardo Montenegro, —que ya siente en la bolsa la gubernatura— por lo priístas de viejo cuño, quien tras bambalinas se preguntaban qué hacía el profesor en una cónclave netamente priísta cuando este señor ya no pertenece al partido que lo hizo regidor, diputado y finalmente presidente municipal, cargo que aprovechó para amasar una gran fortuna que le permite vivir holgadamente. La gente no olvida que siendo alcalde Enrique Jiménez, con la complicidad del entonces síndico, el maniático de Juan Diego Herrera Gamboa —que también asistió al circo montado por Montenegro Ibarra— se robaron un predio conocido como “Privado de Núñez, el cual estaba destinado para la construcción de un asilo para ancianos; sin embargo, de última hora Enrique y Juan Diego decidieron repartírselo y actualmente los dos ex funcionarios construyeron sendas residencias en ese lugar; pero no solamente se apropiaron de este inmueble, fueron muchos los terrenos que se robaron y que hoy sin rubor alguno están vendiendo al mejor postor.
Por tanto, la biografía política de Enrique Jiménez lo retrata y lo desnuda como lo que realmente es: un sujeto sin escrúpulos, sin principios éticos ni morales. Tan es así que aun ya no siendo priísta pretende nuevamente colarse a las filas del tricolor. Y el profesor, salido de los laboratorios hediondos del más rancio liberatismo, renunció al PRI el 10 de abril de 2008, tal y como consta en una misiva dirigida a la presidenta de este instituto político, Lucía González Ríos; en esa carta el ex presidente manifiesta textualmente: “El que suscribe Prof. Enrique Jiménez López, me dirijo a usted para informarle lo siguiente: que con (el) derecho que me da la Constitución he tomado la decisión de renunciar a la militancia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) quedando únicamente como un simpatizante mas (sic) de este instituto político, para lo cual solicito se me haga efectiva mi dimisión a partir de la fecha que reciba la presente. Asimismo, quiero dejar claro que dicha renuncia es una decisión personal y no obedece a intereses ajenos ni presión alguna. Esperando ser dado de baja como miembro activo del partido político en mención, le agradezco la atención prestada a mi solicitud”. Al calce del documento se observa el nombre y la rúbrica del ex alcalde, así como el sello del CDM del PRI. En esta lógica, Enrique Jiménez dejó de ser priísta desde el año pasado, pero ahora en un gesto de arrepentimiento vuelve al redil liberatista —que no priísta— para apoyar, si las circunstancias se dan, al inepto de Gerardo Montenegro, quien ya echó a andar el carro rumbo a la gubernatura del estado de Nayarit.