lunes, 1 de febrero de 2010

Enrique Jiménez, agarrado de “los cojones” por el clan liberatista

2010 / 01 / 29

Acaponeta, Nayarit/Enero 28 de 2010. (Juan Fregoso).- Al parecer, el ex presidente municipal Enrique Jiménez López añora los tiempos en que ocupó la silla presidencial en 1999-2002, ya que frecuentemente se le ve rondando por los alrededores de la presidencia, hay quienes dicen que don Enrique se lleva haciendo proselitismo político a favor del senador Gerardo Montenegro Ibarra, aspirante a gobernador del estado.

Sin embargo, nadie se explica la conducta, algo extraña, del ex alcalde, quien renunció al PRI el 10 de abril de 2008, argumentando que renunciaba al tricolor por “convenir a sus intereses”, sin especificar cuáles fueron esos intereses que lo orillaron a desertar del Revolucionario Institucional, partido que lo hizo diputado local y posteriormente presidente municipal.

Seguramente, dice la gente, su cambio se debe a los favores recibidos de su padre putativo, Liberato Montenegro Villa, el cual jugó un importante papel para que su pupilo llegara a desempeñar los cargos de elección popular ya mencionados. Por lo que es de suponerse que ahora el viejo zorro lo esté presionando para que trabaje en pro de Gerardo Montenegro, quien anda desatado en busca de la gubernatura, pues dice tener una estructura sólida en el magisterio, lo que puede ser cierto, lo que no es verdad es que tenga el respaldo de los nayaritas que están conscientes del enorme daño que ha causado el clan liberatista con sus arbitrarias imposiciones, como la del propio Enrique Jiménez y de muchos otros políticos fabricados en los putrefactos laboratorios del liberatismo.

En política los favores se pagan y esto debería saberlo el ex presidente, quien ahora está a merced de su hacedor, el cual lo tiene bien agarrado de los cojones, por lo que tendrá que hacer lo que don “Corleone” le ordene, a menos que quiera que el cacique lo encuere exhibiéndole todas las trapacerías que cometió siendo diputado y presidente, pues para el viejo verraco no hay secretos, sobre todo tratándose de sus huestes, les conoce a la perfección de que pie cojean.

En este sentido, Jiménez López se encuentra en un laberinto sin salida, cayó en su propia trampa, de nada le valió su “falsa renuncia” del PRI, puesto que ahora está obligado, más que nunca, a acatar la voluntad de su Creador. El profe tiene que hacer “talacha” a favor del júnior, le llegó la hora de pagar las facturas, aun ya no siendo priísta, como lo expresa en la carta de su dimisión, la mafia liberatista no está haciendo más que aplicar las reglas no escritas de la política y Enrique tiene que sujetarse a ellas.

Con todo, muchos opinan que con lo marrullero que es está buscando llevar agua a su molino porque el gusanito de la política una vez que se incuba en la naturaleza humana es muy difícil sácarselo. De ahí que en el magín de la colectividad exista la sospecha de que la “renuncia” de Enrique Jiménez haya sido una más de sus triquiñuelas para operar desde afuera con mayor libertad, pues se rumora entre los propios priístas que este señor pretende postularse nuevamente como candidato a diputado local en las elecciones de 2011, cosa que no es del agrado del pueblo acaponetense, ya que este señor siendo presidente prácticamente se robó todos los predios dizque pertenecientes a esa figura ambigua denominada “fundo municipal”, amén de haber cometido una serie de atropellos bajo el amparo del poder en contra de personas humildes, que por temor nunca se atrevieron a denunciarlo. Sus raterías no conocieron límites y él lo sabe perfectamente, a menos que quiera negar lo innegable, pues basta que se acuerde del terreno que les robó a la gente de la tercera edad, en donde estaba proyectado construirse un asilo para ancianos, pero el ex presidente no tuvo piedad de ellos y en complicidad con su síndico, otro rata de siete suelas, se quedaron con el predio en donde ahora tiene una flamante residencia, otra en la colonia Jardín y otras más en diferentes puntos de la ciudad, con el nombre de sus incondicionales.

El pueblo no se equivoca cuando dice que su presencia en los eventos políticos de Gerardo Montenegro no tiene otro fin más que afianzarse con la figura del “cachorro”, porque sabe que estando en la jugada puede conseguir un hueso, aunque sea de barrendero, porque ya ni de regidor lo quieren, incluso los mismo priístas lo detestan por haberlos traicionado.w

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